Heterocromia, hablando de colores.
El iris es la parte del ojo que se encuentra en ubicada entre la córnea y el cristalino y separa la cámara anterior de la posterior.
La principal función del iris es regular la cantidad de luz del exterior y le proporciona color al ojo. Normalmente el color del iris es el mismo en ambos ojos, pero a veces ocurre que esto no es así.
La heterocromia se refiere precisamente al hecho de que el color del iris de un ojo es diferente al del otro ojo.
Hay dos tipos de heterocromia, la primera es completa o iridium, es decir, que se manifiesta en la totalidad del iris y la segunda es llamada heterocromia parcial o iridis, ya que el cambio o diferencia de color suele manifestarse en el mismo iris, es decir, el iris de un ojo puede ser de dos colores diferentes.
La frecuencia en la que se presentan normalmente la heterocromia completa es más alta que la que se manifiesta como parcial.
Puede haber diferentes causas siendo la genética una de las más comunes, pero hay casos en los que se presenta como consecuencia de alguna patología o de alguna lesión traumática.
En los casos en los que las causas de la heterocromia no son cuestiones de origen patológico o traumático, por lo general el tener iris heterocromáticos no generan complicaciones ni son causa de alguna enfermedad, simplemente se trata de una diferencia característica en algunas personas.
Sin embargo, es importante que en caso de presentar algún cambio de color se lleve a cabo la revisión por su oftalmólogo, ya que puede ser una manifestación de alguna enfermedad subyacente, por ejemplo, de la ciclitis heterocromática de Fuch, que es la más frecuente o por una siderosis o acumulación de hierro en el iris.
La heterocromia también puede ser causada por el uso de medicamentos aplicados en el caso del tratamiento para glaucoma.
En conclusión, la heterocromia puede ser una simple característica física sin mayor complicación, pero en caso de que se presente durante la vida se debe llevar a cabo la revisión de las posibles causas.