Para poder ser un paciente candidato a una cirugía Láser, se requiere cumplir con ciertas condiciones que en pocas palabras se podrían resumir en tres, a saber, que el paciente tuviera una graduación que fuera accesible para el láser, que  la cornea del (los) ojos a operar tuviera (n) un grosor mínimo y por ultimo que topográficamente la misma fuera normal. Pero, ¿qué pasa con los cientos de miles de pacientes que no cumplen con dichas condiciones?,  ¿están destinados a los engorrosos lentes?, ¿a tolerar lentes de contacto que a  veces tienen que ser de un material rígido y resultan incómodos?  O en gente muy ocupada  que no tiene tiempo de quitar y poner dichos lentes con regularidad y con riesgo de  infecciones que pueden resultar graves  con la consecuente visita al oftalmólogo. O  que se ensucian con relativa frecuencia y con el gasto que esto significa a mediano y largo plazo.

A continuación se mencionan algunas alternativas que tienen este grupo de pacientes.

Lentes intraoculares

Originalmente en la década de los 80 del siglo pasado y hasta no hace mucho tiempo, éstas lentes se colocaban sólo en pacientes con catarata. En la actualidad existen dos grandes grupos de lentes intraoculares en pacientes que no tienen catarata . Los de cámara posterior, por detrás del iris y por delante del cristalino.

En caso de pacientes con una graduación que  el Láser no será capaz de cubrir, son  una buena alternativa con la ventaja de que el cristalino no es retirado y permite por lo tanto los cambios de enfoque de lejos y cerca.  Además hoy en día estos lentes no sólo corrigen la miopía y la hipermetropía (así como la vista cansada) sino inclusive el astigmatismo de modo que cubren prácticamente todo el espectro visual.

En los pacientes con catarata o en mayores de 60 años en los que ya no está indicada la cirugía Lasik, existen las lentes intraoculares y ahora las lentes multifocales intraoculares, mismas que resolverán prácticamente todas las necesidades visuales tanto de lejos como de cerca.

Existe otro tipo de lente aprobado ya hace algún tiempo por la  administración de drogas y alimentación de los Estados Unidos o (FDA por sus siglas en inglés). Es el lente que se introduce dentro del espacio corneal, es reversible ( es decir que se puede retirar sin problema y sin dejar rastro o secuelas) y que también tiene un efecto sobre la visión de lejos y cerca. Se coloca con anestesia tópica (gotas) y, como casi todas las variantes mencionadas, la cirugía es ambulatoria, es decir que el paciente se retira a su casa inmediatamente después de la cirugía.

Por ultimo mencionaremos dos procedimientos que han revolucionado la cirugía refractiva:

Los segmentos intraestromales

Son unos anillos que se colocan en el espesor de la córnea y sirven principalmente para evitar la progresión del queratocono y tienen cierto efecto sobre la graduación del paciente. También son reversibles y no dejan secuelas en el ojo.

Cross línking

Es un tratamiento que consiste en instilar gotas de riboflavina exponiendo a la cornea a rayos ultravioleta y de este modo «endureciendo» las fibras que componen a la misma y evitando así, como en la técnica previamente mencionada, la progresión del queratocono y corrigiendo al menos parte de la graduación.

Como conclusión se puede decir que el panorama para corregir la graduación de los pacientes que quieren desprenderse de las gafas ha crecido en forma exponencial, que todas las técnicas mencionadas son ambulatorias (disminuyendo así los gastos para el paciente), indoloras y muchas de ellas reversibles. También son poco riesgosas y no dejan secuelas para el paciente.

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