Existen algunas actividades del cuerpo humano tan comunes o cotidianas, que de repente pasan desapercibidas por uno mismo. Tal es el caso de las lágrimas o lagrimeo, que es la acción de segregar dicha sustancia sobre la superficie del ojo.
Las lágrimas son producidas en las glándulas lagrimales que están localizadas en la órbita del ojo, en la parte superior.
Cada lágrima está conformada por agua, enzimas como la gammaglobulina, lisozima, mucina, lipocalina, lactoferrina, lípidos, urea, sodio, potasio y glucosa. En algunos casos (lagrimas emocionales) también hay presencia de prolactina y algunas otras hormonas.
Existen 3 clasificaciones:
- Las más comunes son llamadas basales: son las que se encuentran permanentemente lubricando, humectando y protegiendo nuestros ojos.
- Reflejas: aparecen cuando algún irritante hace reaccionar a nuestros ojos y funcionan como una defensa contra ello.
- Emocionales son emitidas cuando sentimos alguna emoción intensa (alegría, dolor, enojo, tristeza, etc).
Las lágrimas tienen varias funciones como son limpiar la superficie del ojo, lubricar y mantener un medio séptico en el mismo, además de coadyuvar a la refracción de las imágenes, por lo que cualquier alteración en ellas afectan la agudeza visual del ojo.